La enfermedad es un conflicto…

«En la Rendición, encontré la Libertad».

Graciass, a todos y cada uno de todos los que han estado en mi camino… de todos he aprendido, entre el dolor… los miedos… la ira… la tristeza… el desgarro…

La vida me fue llevando y yo… yo luchaba contra todo y contra todos, hasta conmigo misma y todo lo que me ocurría…

No me daba cuenta… me sacrificaba, trabajaba duro, me resistía…. y entonces caí… y caí… caí… y en ese décimo subsuelo en el que me derrumbé …

Me rendí…

Y dejé de mirar a los demás… de buscar culpables … comencé  a mirarme a mi misma, a mirar todita mi vida… sobre todo mis actitudes, ante lo que no era como yo esperaba… o creía merecer… iban apareciendo tantas Dianas… tantas partes de mi que aún no había mirado…

Entonces todo comenzó a cambiar, abandoné todo mi saber individual… conceptual, mis creencias de lo que creía q era correcto … y… comencé a vivir desde un sentir totalmente nuevo para mi…

«En la rendición encontré la libertad».

… Poquito a poco me fui desapegando…de todo… en especial de mi personalidad…

Ahora, fluyo con espontaneidad… me permito cambiar… he dejado de juzgar y sobretodo de juzgarme…

Cuando abrí los ojos… y realmente decidi «mirar»… vi todo lo que la vida me mostraba y decidí  una vez más, volver a comenzar de cero…

Retomar el camino que me llevaba hacia la luz… el camino, que tantas veces había recorrido… y abandonaba una y otra vez, sin darme cuenta…

Decidí  recordar  mi espiritualidad, mi mediunidad y vivenciar en totalidad todo lo que iba leyendo de los grandes maestros, asistía a cursos, talleres, formaciones de desarrollo personal e inmediatamente todo lo llevaba a mi día a día…

Mis dones, regalos, volvían a despetar…

Ahora comparto, con quienes se acercan a mi, aquellas técnicas que tanto me ayudaron en esos momentos y  que iluminan mi caminar…

Tuve este sentir, de compartir contigo, algo de mi…

Y sigo andando, disfruto de ir lento, siento que al ir más lento, mi mirar se amplía más y más…

Dicen que… el rostro es el reflejo del alma…

Yo… yo no lo sé… o si? tal vez…

Con infinito amor, Diana Bonetti