Cuando lloras, por alguien o por alguna circunstancia en tu vida, con los ojos cerrados, tapando tu rostro, permaneces en el pasado… «volviendo a sufrir», de forma totalmente inconsciente, vuelves a ese momento.Cuando llores, abre tus ojos… así estarás en el momento presente, en el «aquí y ahora», en la fuerza de tu adulta/o. Si es posible, mírate en un espejo, mira tu dolor, permítete sentirlo e intégralo en tu corazón.
Entonces el llanto es Sanador, curativo, nutritivo, amoroso…
Acepta, que fue lo que tenía que pasar, y aunque tu mente no comprenda, di Gracias…
La vida es mucho más grande, que nosotros…
Ábrete a lo inmanifiesto, a la fuente, a Dios, y dile Por favor…
Despídete del pasado, con amor y agradecimiento, suéltalo.
Ese dolor te ha hecho más fuerte, una vez visto e integrado, en tu corazón.
Te sientes ahora, más liviana/o… más en el momento presente… más en la Vida!
Namasté
Chidananda Dhyana
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