Los Estados del Yo (Padre-Adulto-Niño)
Vivimos como si fuéramos tres personas en una, cada una con su personalidad completa; y lo sorprendente es que cuando estamos en una de ellas, nos olvidamos de lo que hemos vivido en las otras dos…
A esas personalidades, el Análisis Transaccional (AT) las llama Estados del Yo.
Un estado del Yo, es un conjunto coherente – sistémico – de conductas, sentimientos y pensamientos.
Cuando uno actúa, siente o piensa movido por una grabación antigua del comportamiento de una persona que influyó mucho sobre él durante su infancia, está en su Estado del Yo Padre, está en un comportamiento prestado.
Cuando uno actúa, siente o piensa de acuerdo con el aquí y ahora, con el momento presente, externo e interno: está en su Estado del Yo Adulto.
Cuando uno actúa, siente o piensa movido por una grabación antigua de una emoción del pasado: está en su Estado del Yo Niño, está en un comportamiento arcaico.
Ésta emoción puede haber sido suya o es adoptada de un antepasado.
Aquí la palabra Padre es la traducción de Parent y Father, en su sentido genérico, no sexuado.
El equilibrio llega cuando el Estado del yo Adulto está al mando, y los otros dos Estados se sienten reconocidos, escuchados y tienen su lugar en la vida del Adulto.
Características de los Estados del Yo
Características del Estado Padre
Dice lo que hay que hacer. No actúa.
Grabación de la cultura, la moral, los prejuicios, transmisión de generación en generación de normas y principios indiscutibles y automatizados (está mal…, es de mala educación…, etc.).
Colección de afirmaciones de los padres sobre la realidad que se traduce por un programa de los actos (esto se hace así, no mires, no pidas, piensa por mi…)
Grabación respecto a los sentimientos y manera de expresarlos de los padres que la persona ha introyectado (la tristeza no es digna, no se piden las cosas, etc.)
Movido por: “hay que, no hay que, debes, tienes que”.
Manifestaciones
Ayudar a alguien con problemas. Dar consejos. Juzgar, descalificar.
Dar órdenes. Comunicar o enseñar creencias personales. Dar prioridad a sus creencias con respecto a sus compromisos con la gente.
Es una polaridad, que necesita su polaridad complementaria (Estado Niño) u otra igual (Estado Padre).
Su resonancia impide el acercamiento al estado Adulto, se nutre de las polaridades que atrae. Está apoyado en campos mórficos limitantes que impiden el contacto con la realidad.
Características del Estado Adulto
Actúa.
No tiene principios morales sino una ética individual que se adapta a cada momento presente. Actúa de modo eficaz en función de sus propios objetivos.
Sentimientos auténticos: emociones primarias, la intimidad, los sentimientos del aquí ahora.
Movido por: “conviene, quiero, voy a, asumo, decido, elijo”.
Manifestaciones
Respiración profunda, realismo, escuchar, negociar, reflexionar antes de actuar, compromiso y responsabilidad. Sin creencias.
El Estado Adulto está fuera de polaridades, es el resultado de una reconciliación o fusión de opuestos. Es apoyado por campos mórficos de energía adulta, campos posibilitadores que impulsan a la persona hacia más adulto y más vida.Está conectado con el presente, acepta todo como es, observa todo con compasión y agradecimiento, elige el presente y en él está todo y todos.
Características del Estado Niño:
Siente, reacciona. No actúa.
Obligaciones a las que hay que someterse por miedo o por seducción, recuerdos de sumisión o de rebeldía.
Adhesión a los vínculos sistémicos propios como a todos los vínculos de los padres. Guion de vida con su cortejo de manipulaciones y emociones secundarias.
Vivir emociones que no son adaptadas a la situación actual, que son desproporcionadas o que sólo aportan crispación o malestar sin lograr una mejor adaptación de la persona al entorno.
Movido por: “me gusta, no me gusta, me da la gana”.
Manifestaciones
Llegar cantando al trabajo, se enfada con su despertador, tener miedo de hablar ante un público, comerse las uñas, tener ganas de comer un dulce cuando uno está a régimen, enfadarse ante una contrariedad, necesitar gurús o padres espirituales.
Como el Estado Padre, es una polaridad que necesita su polaridad complementaria (Estado Padre) u otra igual (Estado Niño). Su resonancia impide el acercamiento al estado Adulto; se nutre de las polaridades que atrae. Está apoyado en campos mórficos limitantes que impiden el contacto con la realidad
Artículo de Brigitte Champetier de Ribes
Fotografías en Suiza de Diana Bonetti
Gracias, muy interesante el AT y el artículo y buenísimo poder mirar y ver prácticamente en el taller donde se esta, asistiré al taller un saludo