Te estoy enseñando a decirle que sí a la vida, al amor, a la gente. En efecto hay espinas, pero no hay necesidad de tomarlas en cuenta.
Medita en la Rosa, y si tu meditación profundiza en la rosa y la rosa profundiza en ti, las espinas se irán volviendo más pequeñas.
Llega un momento en que la rosa te ha poseído por completo, ya no hay espinas en el mundo.
Empieza a poner tu energía en el «SI», haz del «SI» un mantra.
Todas las noches antes de acostarte, repite, SI….SI….SI y entra en sintonía con eso.
Entra en ritmo y deja que llegue a todo tu Ser, desde los dedos de los pies hasta la cabeza.
Deja que te penetre, repite: SI… SI, deja que sea tu plegaria durante diez minutos por la noche y después duérmete.
A la mañana, al despertar, al menos por tres minutos, siéntate en la cama y repite SI, SI, SI y adéntrate en ese sentimiento.
Si durante el día, te sintieras negativo, detente donde estés y si puedes di en voz alta SI, SI, SI, si no al menos repítelo en silencio.
Practícalo durante tres semanas.
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Párrafo Extraído del libro
Remedios para el Alma
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